Yo he estado este fin de semana experimentando (después de seguir las sabias instrucciones de Calambres)
He hecho el cambio en dos guitarras:
- La primera es una Gibson SG de 1993 con pastillas 490R y 498T a la que le ha sentado realmente bien la "operación": ahora puedo tocar a cualquier volumen y la guitarra conserva el tono perfectamente. Donde se abren más las posibilidades es cuando estás usando las dos pastillas a la vez, se amplían mucho más los márgenes de balance entre las dos pastillas. En general la guitarra se comporta y suena mucho mejor que antes. Calificación:
- La otra ha sido una LP junior special con P-90. En ésta no he notado una mejora tan espectacular, ya que es un guitarra que antes del cambio bajaba muy bien de volumen. Quizá haya perdido algo de ese tono "acústico" que tienen las P-90 cuando les bajas el volumen, aunque esto se puede simular tocando algo el tono. Calificación:
La cuestión del control de tono en ambos casos es exactamente lo que comenta Calambres en el artículo: a tope de volumen funciona mejor que antes, pero en cuanto bajas el volumen, el control de tono se comporta un poco como un segundo volumen y hay que jugar un poco más con los dos potes para "sintonizar" la guitarra.
El cambio realmente beneficia al sonido y en el caso de la SG por ejemplo, de forma espectacular
La junior igual la vuelvo a poner como antes, no porque no me guste como suena ahora, sino porque me gustaba más cómo funcionaban los controles antes.
En cualquier caso se trata de un cambio totalmente reversible, que se hace en pocos minutos y que realmente merece la pena probar

.... o era al revés?